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La D.O.Ca.Rioja es la más reconocida, prestigiosa y antigua denominación de origen española, una de las 5 más conocidas a nivel mundial y de las pocas que ostentan en España el adjetivo de "calificada".
Como otras tantas denominaciones de origen españolas, la D.O.Ca. Rioja posee una historia milenaria, de la que son testigo los vestigios arqueológicos que nos hablan del cultivo de la vid y la producción de vino por parte de los romanos. No obstante, la producción de vino en La Rioja gana notoriedad al final de la Edad Media, cuando este producto se convierte en objeto de mercadeo destinado a satisfacer la demanda de una creciente población urbana. En 1787 tiene lugar un hecho significativo con la creación de la Real Junta de Cosecheros, cuyos objetivos eran el fomento del cultivo de la vid, el control de la calidad de los vinos y facilitar su comercialización en la región Norte del país, especialmente Álava y Santander (desde donde se exportaban por barco). La actual estructura de la denominación de origen comienza a organizarse a mediados del s. XIX debido a la crisis de la filoxera, la apertura al comercio con el mercado francés y a la llegada del ferrocarril. Es cuando se crean las bodegas hoy centenarias. La obtención, en 1991, de la Denominación de Origen Calificada supone el espaldarazo definitivo para el sector vitivinícola riojano, dedicado desde hace décadas en la evolución constante y la búsqueda de la excelencia en sus vinos.
La D.O.Ca. Rioja se divide, a su vez, en 3 subzonas bien diferenciadas: Rioja Alavesa (influencia atlántica y suelos arcillo calcáreos situados en terrazas y pequeñas parcelas); Rioja Alta (de influencia atlántica y suelos arcillo-calcáreos, arcillo-ferrosos y aluviales); y Rioja Oriental (antes conocida como Rioja Baja, de clima más seco y cálido debido a la influencia mediterránea, y con suelos aluviales y arcillo-ferrosos).
Las variedades autorizadas en la D.O.Ca. Rioja son 14. En el caso de los vinos tintos, encontramos tempranillo, garnacha tinta, graciano, mazuelo y maturana tinta. La uva tempranillo se considera autóctona de La Rioja, el fundamento de la identidad de los vinos tintos producidos en esta zona y una de las grandes variedades nobles del mundo. En cuanto a vinos blancos, las variedades autorizadas son viura, malvasía, garnacha blanca, tempranillo blanco, maturana blanca, turruntés, chardonnay, sauvignon blanc y verdejo.
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