Sentimos las molestias.
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La botella es el formato más tradicional para el envasado de la cerveza artesana. Este envase se ha relacionado siempre con cervezas de calidad, con una presentación más elegante y "fina" y, además, aporta una percepción de mayor valor del producto que contiene. Aunque en los últimos años la lata ha ganado mucho terreno, la botella sigue siendo un envase imprescindible para envasar la gama permanente (core range) de la mayoría de las fábricas, las cervezas refermentadas en botella (el mejor ejemplo son las cervezas belgas y las de abadía), las cervezas de guarda (Stout, Imperial Stout, Barleywine), las envejecidas en barrica o las de fermentación espontánea.
Los formatos de las botellas van desde el más pequeño de 25 cl., hasta el más grande de 75 cl., pasando por el más popular de 33 cl., 35,5 cl. (las 12 fl. oz estadounidenses), 37,5 cl., 50 cl. y 66 cl. Las botellas suelen cerrarse con chapa, si bien es cierto que determinados estilos de cervezas emplean corcho y morrión (al estilo de los vinos espumosos) o incluso tapones mecánicos (el clásico tapón con bisagra de los refrescos espumosos).
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