La D.O. Monterrei hunde sus raíces históricas en la Hispania romana, cuando Roma introduce el cultivo de la vid en sus tierras. Dan fe de ello los restos arqueológicos en forma de lagares de piedra excavados en la roca, prensas y restos de vasijas. Esta práctica agrícola experimenta un impulso decisivo a partir del s. IX, cuando el vino se utiliza como tributo para el clero y la nobleza. Durante la Edad Moderan, y gracias a la expansión del Imperio español, los vinos de Monterrei llegan hasta América. Ya 1960 se constituye la la Bodega Cooperativa de Monterrei con el fin de promover la correcta elaboración y comercialización de los vinos de la zona. La emigración de la segunda mitad del s. XX llevó al abandono casi total del cultivo de la vid. Sin embargo, a partir de 1994, con la constitución de la D.O. Monterrei y la apuesta por los vinos de calidad, la comarca resurge en todo su esplendor.
La D.O. Monterrei se asienta en un territorio perteneciente a la cuenca del río Duero, pues el Támega, que la cruza de norte a sur, desemboca en él. La comarca de Monterrei se caracteriza por un clima mediterráneo templado con tendencia continental, ligeramente influenciado por el océano atlántico. Los veranos son calurosos y secos mientras que los inviernos son fríos y de precipitaciones muy moderadas. Las oscilaciones térmicas pueden llegar hasta los 30ºC en las épocas de maduración de la uva.
La D.O. Monterrei se divide en dos subzonas: Val de Monterrei (concellos de Castrelo do Val, Monterrei, Oímbra y Verín) y Ladeira de Monterrei (concellos de Castrelo do Val, Monterrei, Oímbra, Verín e Riós). Entre estas dos subdivisiones se reparten las 26 bodegas que forman parte de la Denominación de Origen. Las variedades de uva propias de la región son Dona Branca, Godello y Treixadura en el caso de los vinos blancos (hay otras autorizadas como Branca de Monterrei, Caiño Branco, Albariño y Loureira) y Mencía y Merenzao en el caso de las variedades tintas (estando autorizadas la uva Tempranillo, Caiño Tinto y Sousón).
